miércoles, noviembre 08, 2006


Historias de pasillo
El hospital y las cosas que ahí pasan dan para mucho. Cuando uno habla de sus pacientes lo hace con un trato respetuoso y formal, pero cuando ya es entre pasillo y estás discutiendo el caso con otro de los profesionales, ya sea psiquiatra, asistente social u otro psicólogo, el trato es más distendido. Eso no significa que haya menos respeto, pero es que entre tanto caso, paciente, nombre y diagnóstico te confundes un poco. Porque hay que decir que generalmente en cada caso hay harta gente metida en el cuento; que la abuelita, que el papá, que el padrastro o pareja de la mamá, o del papá, que los seis hermanos, los primos, el tío, etc, etc.
La cosa es que teníamos que tratar un caso que vemos entre distintos preofesionales, pero por falta de tiempo la conversación era en una reunión informal luego de almorzar. El caso es complejo, porque hay una madre que abandona a sus hijas luego de la separación, un padre que no asume del todo, ex pareja, pareja actual que parece que ya es ex y una serie de complicaciones más. Con tanta gente uno no memoriza todos los nombres, porque hay varios personajes anexos que no son parte del trabajo que se hace con los niños.
El punto es que me trataban de explicar un nuevo suceso del caso (que nos preocupa bastante), que ya parece teleserie. La niña había llegado con una tía porque se había fugado de la casa .. mejor lean.
F: Vino la juanita con su tía a avisar que se había ido de la casa.
L: con cuál tía?
F: con su tía, ex pareja del padre.
L: Ya, pero esa tía? Pporque hay una nueva pareja en la historia que también es ex ahora.
F: No, la otra y una de las funcionarias de la unidad la conocía porque se había metido con el esposo de una amiga y le sorprendió verla aquí.
L: ¿si?
F: si, y las mandé al juzgado a dejar constancia de que la niña estaba con ella, porque el padre vino en la mañana a decir que no sabía donde estaba la niña.
L: ¿Y le avisaron al padre ?
F: Si.
L: ¿Pero estás segura que esa es la que se metió con el marido de la otra señora?, porque es quien quiere cuidar a la niña, ¿no será la otra tía que es la segunda ex del padre?
F: No,si es la primera.
L: pero cuál???!!!¿Cómo se llamaba?
F: No sé, no me acuerdo, porque la llamaban por un apodo.El papá explicó que había terminado con ella y ella utilizaba a la niña para obtener información.
L: Pero cuál?!!!
F: la tía maraca!!! ( como gritando despacito , pero ya con una total pérdida de paciencia conmigo que no me enchufaba con la historia)
Ahí la risa fue generalizada, porque el enredo de tías era tal, que a falta de sabernos los nombres de estos personajes que aparecen de repente, hay que llamarlos de alguna forma. No vayan a pensar que siempre denominamos de esta manera a la gente, generalmente hablamos de la tía que viene siempre, la abuelita que siempre pide las llaves del baño, la hemana chica... pero esta vez yo creo que fue el estrés del caso y la necesidad de suavizarlo con unas cuantas risas. Es que si nos nos reímos a ratos suavizando los casos, trabajar en esa unidad perdería toda gracias y yo no podría contarles estas historias.
Nos vemos.
Leonor

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueh, sugiero sacarle fotos paparazzi a cada locate, digo paciente, y sus respectivos familiares, para tener apoyo visual a la hora de las explicaciones.

Un abrazo,

M.

Leonor dijo...

No les digas locates!!!! hasta cuando M?! Más respeto con nuestra distinguidísima clientela :)

L.