miércoles, noviembre 22, 2006



Casa de Locos.

Hoy si que nuestra querida Unidad era una verdadera casa de locos, sin agraviar lo presente, como decía chespirito. Llego al trabajo y me dicen que un niño en la mañana se descompensó en medio de la sala de espera y los inocentes juguetes que allí se encontraban, se convirtieron en verdaderas armas mortales, cuando comenzó a lanzarlos a diestra y siniestra con todas sus fuerzas por todo el lugar. De hecho, una de las pobres psicólogas casi se traga uno de ellos y otra vio volar un dominó de madera rozando sus narices.
Cuando estoy iniciando la terapia con una de mis pacientes y su hermana, comienzan a sentirse unos gritos, provenientes del box vecino, que cada vez eran más fuertes, al grado que ya mi cara de aquí no pasa nada, sigamos con lo nuestro, no servía de nada. Salgo del box y pregunto que pasa al lado con los gritos de la Sra. y quién la atiende... quién más pues...Blanco (Dr. Blanco para las mamás). Cuando vuelvo al box , ya mis pacientes estaban de plano golpeando la pared hacia el lado para que la señora bajara los decibeles. Luego de un rato parece que Blanco tiene la situación bajo control y la mujer se calma, luego supe que lo que pasaba es que estaba un poquito chata con su hija, así como con ganas eliminarla, pero nada grave. Para terminar la tarde, luego de una serie de atenciones de corrido, para rematar el día aparece: ¡"mamoncito"!!!, más mamón que nunca, pataleta incluída, como broche de oro.
Hay días que en realidad son agotadores (too much).
Un abrazo.
Leonor
PD: Hoy sentí flaquear mi cordura... mi muñeca me habló...me dijo cosas...que no puedo repetir... PORQUE ME HABLA SÓLO A MI!!!!!!

sábado, noviembre 18, 2006


A nuestros queridos niños con amor .




Recuerdo haberles contado que solemos identificar a algunos de nuestros pacientes por ciertas características o palabras claves, bueno ahora es tiempo que sepan de algunos de ellos. Le tenemos:
  • Un pequeñito de alrededor de 6 años, muy menudito, peinadito a lo languetazo de vaca, con carita de viejo, pese a su edad y con unos grandes lentes de marco grueso y medio antigüos...ese es ...¡chicken Little!, que cada vez que le van a dar la hora para la siguiente sesión, pide poner el mismo el timbre del hospital a la hoja y toma vuelo desde atrás de su cabeza para ir a dar con el timbre en cualquier parte de la hoja.
  • Una niña de 7 años, delgadita con cara de inocencia pura que va con su abuela a sesiones, también con la psicopedagoga. Ella siempre trabaja junto a Chicken little, de hecho es conocida por dos apelativos en la unidad: "cáchalas never", y "la novia de chicken". El primero es porque la pobre, no cacha lo que es nada, nada, nada, de lo que tiene que hacer para el colegio, así que, la pega de la psicopedagoga es medio milagrosa. El segundo porque según chicken ellos son pololos, pero sin besos ( que ternuridad), y como buen novio que es, él llega a todas las sesiones con regalitos para su prometida.
  • "Me podí yudar?", ella si que es tierna, tiene un trastorno del desarollo y es la dulzura misma, conocida por todos en la unidad y su frase clásica. Cuando no entiende lo que debe hacer, luego de mirar por un largo rato la tarea, dice: "¿me podí yudar?", obviamente acompañada de un carita a la que es imposible decirle que no.
  • "¿Y tu hermana?", ese es un clásico, un chico con Asperguer ( que es un tipo de autismo) y que tiene movimientos y frases estereotipadas, moviendo su cabeza de adelante hacia atrás y cada cierto rato de la nada, dice con tono fuerte y malicioso: "¿y tu hermana?"!!! y luego se ríe y aplaude. Pero lo más top de este personaje es cuando llega con su perro, que se pone porfiado y lo molesta. Ahí se pone bueno el asunto porque él debe retarlo, con frases como "sale perro conchet.., sale, sale...sale chuchet..." y le pega con el pie y las manos, claro que el perro lo ve él no más, pero nosotros igual le hacemos el quite por si acaso,digo yo, no vaya a ser bravo.
  • Hay otra pequeñita, que ya no lo es tanto, pues tiene 12 años y fue un golazo de mi querida amiga, la psicopedagoga, que nos dijo: " niñas vean a esta chiquita, porque yo creo que necesita terapia familiar y la pueden ayudar", nosotras, caritativas como somos la citamos con su madre a terapia familiar. Cuando llega, planta encima de la mesa una revista de monos y se pone a pintarla, cada vez que no está de acuerdo con la madre da un grito para decir "¡mentira!"y al darle el espacio para que exprese su desacuerdo...¡se queda callada! Cuando la madre le dice que no coma en la sesión porque estamos conversando, saca un dulce del bolsillo lo pela y lo pasa pegado a la cara de la madre, luego lo lleva a su boca y la queda mirando. Este es un caso del que luego les contaré, porque no deja de ser interesante, pero lo importante es que el concurso para ponerle nombre está abierto, pero por ahora es: "chupetín".

Bueno así hay varios que de a poco les iré contando, además van llegando nuevos y de todo hay en la viña del Señor... ah y dentro del equipo de profesionales también hay una chupetín, una ansiosín( si, si, soy yo, lo admito), y chicoquita que menos mal que ella no lee esto porque creo que se enojaría, porque como que tiene su autoridad en el cuento.

Nos vemos

Leonor

domingo, noviembre 12, 2006



Los mamoncitos.

Como psicóloga uno se enfrenta a varias temáticas con los pacientes. Más de una vez sucederá que algunas resulten más familiares que otras, o sea, en palabras simples que nos identifiquemos con lo que el paciente o lo que la familia trae o que nos demos cuenta que el foco es un tema que nos afecta de una u otra manera.
Bueno resumiendo, me he dado cuenta que tengo serios problemas con los niñitos mamones (futuros hombres mamones). Pese a que uno no abandona el lado profesional y hace el mejor trabajo posible con este pequeñito y su madre, es inevitable que el caso me de cierta urticaria cuando ya se van de la sesión.
Esta semana me pillé mirando de frente a uno de mis compañeros de trabajo, y diciéndole: "debo admitir que tengo un tema con los niñitos mamones y sus madres". La sonrisa sarcástica de mi colega (Dr. Blanco para las mamás, que dele conque es médico) y su encogida de hombros, fueron suficiente para entender lo que me quería decir, que traducido es más o menos: "tú sabrás por qué te pasa algo con los mamones" . Ahí se me vinieron una serie de imágenes a la mente, como las que dicen que les vienen a quienes se están muriendo y que ven pasar su vida en unos segundos...así, tal cual.

Yo creo que esto tiene que ver con dos cosas:
1º La imposibilidad de las madres de ver el daño que le hacen a ese niño con sus afanes de sobreprotección y tratar a su hijo como un recién nacido, pese a que ya tenga 12 años. Porque como van lo van a tratar igual cuando tenga 30 ó 40.

2º Pero sobre todo mis relaciones con un par de mamones, en donde quieras o no terminas en algunos momentos haciendo el rol de madre cuiadadora y perdonadora de esos mamones.

Luego de pensarlo bien, creo que mi molestia más que con el niñito mamón, es con esa madre formadora del mamoncito, que no ve el proceso de crecimiento del niño ni en lo más evidente. Ya... podemos aceptar que le cueste ver que su hijo va teniendo otras necesidades, que tiene que ver con salir del hogar, dormir solo, etc. Si, puede ser que la señora esté tan necesitada de cuidar de un bebé que no vea eso, finalmente está focalizada en sus propias necesidades. Pero pasan los años y no ve que ya no mide 54 cms, sino que 1.70mts (porque he atendido adolescentes que pertenecen a esta categoría también), que ya se afeita, que le interesa el sexo opuesto... NADA, LA SEÑORA NO VE NADA. ES NEGADORA TOTAL DEL CRECIMIENTO DE SU HIJO. Aceptémoslo, finalmente esas madres están más pendientes de sus necesidades como madre que de las de su hijo y las consecuencias finales, las vive ¿quién?...exactamente, el mamoncito y la pobre que a futuro se cruza en su camino.

Es bueno poder desahogarse aquí, porque mal que mal uno debe ser muy contenedora con estas madres en la terapia, para que no se sientan cuestionadas y abandonen, mal que mal hay que validarles su "preocupación" por su hijo y hacerle ver a la vez que éste necesita otras cosas de ella a medida que va creciendo, todo esto con la mayor empatía posible.
Bueno... tampoco puedo dejar de decir que la elección de pareja no es casual, asumiendo las responsabilidades femeninas también.
Se que suena algo así como : "y habló la picá", pero es mi blog y tengo la libertad de hacerlo.

Estamos leyéndonos

Leonor

miércoles, noviembre 08, 2006


Historias de pasillo
El hospital y las cosas que ahí pasan dan para mucho. Cuando uno habla de sus pacientes lo hace con un trato respetuoso y formal, pero cuando ya es entre pasillo y estás discutiendo el caso con otro de los profesionales, ya sea psiquiatra, asistente social u otro psicólogo, el trato es más distendido. Eso no significa que haya menos respeto, pero es que entre tanto caso, paciente, nombre y diagnóstico te confundes un poco. Porque hay que decir que generalmente en cada caso hay harta gente metida en el cuento; que la abuelita, que el papá, que el padrastro o pareja de la mamá, o del papá, que los seis hermanos, los primos, el tío, etc, etc.
La cosa es que teníamos que tratar un caso que vemos entre distintos preofesionales, pero por falta de tiempo la conversación era en una reunión informal luego de almorzar. El caso es complejo, porque hay una madre que abandona a sus hijas luego de la separación, un padre que no asume del todo, ex pareja, pareja actual que parece que ya es ex y una serie de complicaciones más. Con tanta gente uno no memoriza todos los nombres, porque hay varios personajes anexos que no son parte del trabajo que se hace con los niños.
El punto es que me trataban de explicar un nuevo suceso del caso (que nos preocupa bastante), que ya parece teleserie. La niña había llegado con una tía porque se había fugado de la casa .. mejor lean.
F: Vino la juanita con su tía a avisar que se había ido de la casa.
L: con cuál tía?
F: con su tía, ex pareja del padre.
L: Ya, pero esa tía? Pporque hay una nueva pareja en la historia que también es ex ahora.
F: No, la otra y una de las funcionarias de la unidad la conocía porque se había metido con el esposo de una amiga y le sorprendió verla aquí.
L: ¿si?
F: si, y las mandé al juzgado a dejar constancia de que la niña estaba con ella, porque el padre vino en la mañana a decir que no sabía donde estaba la niña.
L: ¿Y le avisaron al padre ?
F: Si.
L: ¿Pero estás segura que esa es la que se metió con el marido de la otra señora?, porque es quien quiere cuidar a la niña, ¿no será la otra tía que es la segunda ex del padre?
F: No,si es la primera.
L: pero cuál???!!!¿Cómo se llamaba?
F: No sé, no me acuerdo, porque la llamaban por un apodo.El papá explicó que había terminado con ella y ella utilizaba a la niña para obtener información.
L: Pero cuál?!!!
F: la tía maraca!!! ( como gritando despacito , pero ya con una total pérdida de paciencia conmigo que no me enchufaba con la historia)
Ahí la risa fue generalizada, porque el enredo de tías era tal, que a falta de sabernos los nombres de estos personajes que aparecen de repente, hay que llamarlos de alguna forma. No vayan a pensar que siempre denominamos de esta manera a la gente, generalmente hablamos de la tía que viene siempre, la abuelita que siempre pide las llaves del baño, la hemana chica... pero esta vez yo creo que fue el estrés del caso y la necesidad de suavizarlo con unas cuantas risas. Es que si nos nos reímos a ratos suavizando los casos, trabajar en esa unidad perdería toda gracias y yo no podría contarles estas historias.
Nos vemos.
Leonor

sábado, noviembre 04, 2006

Gajes del oficio



Trabajar en el hospital, puede significar vivir varias anécdotas a diario, pero también enfrentarse a casos en los que sientes la responsabilidad que significa trabajar con niños.
Cuando te enfrentas a una niña de 13 años que relata con detalles, como es maltratada junto a su hermana dos años menor, sabes que tienes que hacer algo y rápido, porque está en riesgo la vida de ambas. Pero no es sólo solicitar una medida de protección, sino que enfrentar a ese padre informándole lo que vas a hacer, manejar las cosas de tal modo que no signifque una nueva golpiza para las niñas, y estar dispuesta a que nadie de la familia interprete tu intervención como la mejor decisión al principio (y quizás nunca).

Bueno, esta semana no estuvo excenta de este tipo de situaciones. Ya saben desde ya que no siempre tendré algo divertido o entretenido para contarles, sino que también de las situaciones y decisiones que se deben enfrentar en esta pega, por lo tanto, también éste será un lugar de desahogo.

Nos vemos

Leonor

miércoles, noviembre 01, 2006


Ironías de la vida
Desde muy chica le tuve miedo a los hospitales, no me gustaba nisiquiera pasar por fuera. Pero como la vida tienes miles de vuelta y suele ser un poco irónica, terminé trabajando en un hospital, específicamente en la Unidad de psiquiatría infantil. Hace menos de un año comencé mi trabajo en esta hermosa y particular unidad hospitalaria como psicóloga a cargo de un programa.
Partiré por contarles, algo de mi lugar de trabajo para que lo conozcan y se familiaricen con la gente, ya que éste, será un espacio para contarles las peripecias de una psicóloga común y silvestre en una unidad con pacientes y compañeros de trabajo ni tan comunes, ni tan silvestres.
Cuando llegué en Marzo, el ambiente se veía bastante formal, no digo que ahora no lo sea, pero era bastante más relajado de lo que parecía al principio. Las relaciones son bastante buenas, hay muchas risas, algo de sarcasmo y bromas frente a casos de tal gravedad, que si no nos reímos un poco de las situaciones terminaríamos igual de mal que nuestros pacientes ...o que sus padres?, bueno ahí lo iremos aclarando en el camino.
Ya llevo varios meses en la unidad y les puedo contar que hay de todo un poco. Psicólogos más serios, formales y resposables y otros menos serios (entiéndase que no me refiero al trabajo, sino que a lo cotidiano) y distraídos.
Como suele decir el adagio popular "en casa de herrero, cuchillo de palo", nosotros no somos la excepción y tenemos:
  1. Un psicólogo a cargo de la Unidad de Déficit atencional, que padece del mismo mal, que pese a ser un tipo brillante, hace cosas tales como; como llamar a los pacientes por teléfono marcando el número de ficha o citarlos en día festivo, eso si que es Déficit atencional del puro!!Obviamente cambiaré los nombres de mis amados compañeros de trabajo, para que nadie se ofenda, pero se que cada uno se reconocerá. A este simpático psicólogo lo llamaremos, Edmundo Blanco, para protejer su identidad.
  2. Una psicóloga a cargo del programa de esquizofrenia que es la paz absoluta, no se altera con nada, cuando te habla, te sientes culpable de todas las veces que levantaste la voz durante el día y de todos tus demás pecados.
  3. Una psicóloga en reemplazo, que a la pobre no le han dado más pega por falta de tiempo no más, pero ella es un claro ejemplo de que tenemos vocación por el asunto, porque eso si; mis compañeritos son todas almas con vocación de servicio.
  4. Yo, a cargo del programa de trastornos ansiosos que tomo ravotril en cantidades industriales para combatir el colon irritable, bombas para parar el asma y una que otra psomatización más que tengo bajo control, por ahora.
  5. Hay más gente en la unidad ,pero les iré contando de a poco sobre ellos a medida que les vaya narrando nuestras historias en el hospital...ah... y están las psiquiatras...pero de ellas si que definitivamente les cuento después, ahí si que hay material.
  6. También están nuestros queridos pacientes, que en estricto rigor son los niños, pero nuestra pega implica trabajar también con los padres. Ellos merecen un blog aparte, pero los incluiremos aquí.

Suele suceder que los padres no sepan cómo se llama la psicóloga que atiende a su hijo. Entonces comienzan a describirte a la susodicha y ahí empiezan a sacar los defectos de la gente, como si uno no se ofendiera también, que no saben que los psicólogos somos los más sensinbles???

Mamá: Tengo hora con la psicóloga.

Secretaria: Con qué psicóloga

Mamá: es que se me quedó la citación.

S: Y cómo se llama la psicóloga?

M: Ay...es que no me acuerdo... pero es una bajita, morenita o una bien palidita ó una bien flaquita, etc.

Y ahí la Monito (secre) comienza a adivinar de quien se trata. La única vez que sabemos a quien buscan con certeza, es cuando se trata de Edmundo ( psicólogo del déficit atensional), porque ahí, imperando el machismo, la visión ansalsada de los hombres en este país y el arrastre que Blanco tiene con las madres de sus pacientes (sin que se lo proponga), preguntan por: el "Dr. Blanco". Los psicólogos jamás hemos sido doctores, pero eso es algo que la gente no tiene muy claro al parecer, y una que otra vez nos llaman doctora a nosotras también, pero con Blanco nunca falla.

Bueno, otro día les cuento más, porque permitanme decirles que falta mucha gente acá y la pura secre merece historia a parte.

Ahí nos vemos

Leonor