sábado, diciembre 30, 2006


Fin de año.
Ya que muchos lo están haciendo, yo también haré mi recuento de fin de año. En esta época se suele decir; "el año se pasó volando", en mi caso efectivamente fue así. No se si será porque luego de pasar los 30 se te hace más corto el tiempo o porque este año me pasaron muchas cosas, buenas y no tanto por supuesto, que me mantuvieron funcionando a 1000 por hra todo el tiempo.
Este año partió con momentos difíciles, el término de una relación que había tenido planes, pero que no resistió los mismos. Hhasta ahí el verano se veía duro así que planifiqué vacaciones con una amiga, pero justo cuando tenía pasajes en la mano, me llaman por un trabajo y me detiene por dos semanas, así que el viaje nunca se hizo. Pero lo bueno fue que en Febrero quedó definido mi trabajo en el hospital para comenzar en Marzo. Así que la cosa mejoraba, por ahí además retomaba lentamente la relación con mi ex pololo, pero esta vez de una manera más relajada, sin planes. Si bien el regreso duró más de lo que yo esperaba y fue entretenido, quizás más incluso que el pololeo, yo creo que ambos sabíamos que tenía fecha de término, y así fue, luego de 7 meses terminamos definitivamente. Supongo que con el tiempo seremos amigos, pero aún falta para eso.
Por otro lado desde Marzo, estuvo el trabajo en el hospital que día a día me enfrentaba a situaciones desafiantes profesionalmente y a la diversidad humana, que creanme que en salud mental se ve de todo. Este trabajo me ha significado conocer personas nuevas y reencontrarme con otras y en todo sentido ha sido una ganancia, he retomado el hábito y el disfrute de salir con mis amigos, de preocuparme más de mi, de estar bien, de hacer lo que quiero y disponer de mis tiempos.
Este año tuvo definitivamente penas, pero también he podido redescubrirme a partir de la confusión, y pese a que la falta de estructura y de planes claros, me "descompensa" un poco ( quienes me conocen saben que es así), me hacía falta enfrentar un proceso así.
Con el fin de año, inevitablemente miras hacia atrás y piensas en todo lo que pasó este año y fueron muchas cosas, todas y cada una me han hecho enfrentarme conmigo, con mis deseos, con mis miedos y con mis sentimientos, así que tan malo no puede ser.
Ah y con el término de año han aparecido nuevas situaciones que les iré informando dependiendo de cómo se vayan desarrollando en este nuevo año, donde se definirán un par de cosas. Ya sabrán de eso.
Aplicando cliché: ¡Feliz año Nuevo para todos!... y a sacar balances positivos del año, recuerden que nada puede ser tan malo como lo parece. Porque por ejemplo mis niños del hospital pareciera que están locos, pero no tanto, lo que pasa es que tiene una mirada particular de la vida, pero así como biiiiiieeeeen particular.
Abrazos
Leonor

sábado, diciembre 23, 2006


PSICÓLOGAS

Anoche, como otras veces salí con dos de mis amigas y compañeras de trabajo, también psicólogas, la idea era pasarla bien, tomar y comer algo. Pese a que fue muy entretenido igual terminó siendo toda una experiencia de autoanálisis el asunto, y eso que íbamos sólo por unos tragos. Todo parte cuando no nos decidíamos por el lugar al cuál íbamos a ir. Inicialmente el plan consistía en ir a un restaurant de comida hindú en el cerro Alegre, pero una ya había comido y no tenía hambre, luego que el lugar estaba vacío y eso el quitaba encanto. Plan B fue ir al 8 1/2, eso era definitivo, bonito lugar entretenido, pero nuevamente no había nadie y lo peor no habían tragos, sólo vinos...vuelta!!! salimos del lugar discretamente, en busca de una nueva opción y terminamos en el gremio, donde tampoco había mucha gente, pero habían más opciones para comer y tomar algo.
Lo interesante fue cuando debíamos decidir el trago a elegir, lo que en si llevó varios minutos y a la hora de pedir se dio el siguiente diálogo:
J: Me trae un X no muy fuerte, tampoco muy suave.
M: Quiero una bebida porque tengo sed, pero no se lleve la carta porque todavía no se qué voy a pedir.
L: Yo quiero un jugo de fruta natural, pero con azúcar, que quede dulce, pero tanto tampoco.
El mesero se va y quedamos solas...silencio por unos segundos...
M: Parece que somos medio complicadas.
J: mmm.... será por eso que estamos solas??
L: mmm... no hice ningún comentario más que mover la cabeza afirmativamente.
Silencio nuevamente...
M: Ya!! y dónde vamos a ir la próxima semana? ( como queriendo olvidar la pregunta fatal hecha por J)
Algo de cierto debía tener el asunto, mal que mal, somos mujeres sino reinas de belleza, bastante agraciadiatas las tres, preocupadas de vernos bien, inteligentes, medio mateas talvez, pero un poco "montadas en el macho" como diría mi abuela y eso nos hace "especiales" por decirlo de alguna manera.
Corto diálogo , pero potente, luego sin darnos cuenta terminamos hablando de nuestras relaciones pasadas tratando de cachar por dónde iba el asunto... psicólogas poh!!!!
Too much for one night
Nos vemos
Leonor

jueves, diciembre 14, 2006

CHUPETÍN
Habría podido seguir hablando del club de los mamones, a própósito que hoy atendí a mamoncito y su madre, pero lo dejaremos descansar por unos días. Lo entretenido y siempre desafiante de esta semana fue atender a.... "CHUPETÍN". Les digo desde ya que me he dado cuenta con este pequeño monstruito que la paternidad no es nada fácil y hay que pensarlo bien...pero muy bien... muy, muy, muy bien, antes de hacerse de uno de ellos.
La verdad es que chupetín es bien cargante, gritona,desafiante y agresiva, pero para ser justos con ella, la madre tiene buena cuota de responsabilidad en el cuento. Le grita constantemente, la insulta y cuando ya colapsa con los desafíos de chupetín la golpea. Hoy en la sesión pudimos ver en dos minutos como funcionan regularmente en su relación. En un segundo la niña lanzaba gritos a la madre, diciéndole mentirosa, acusándola de golpearla y al minuto siguiente se avalanzaba sobre ella para abrazarla y besarla y... ¿cómo creen que reaccionó la madre?... le dió un tirón brusco, la miró con rabia y le dijo con voz seca "¡suéltame!". Confieso que por un segundo pensé que a chupetín le iba a llegar ante mi presencia, en vivo y en directo, pero la madre se contuvo. Cómo trabajamos con eso en la terapia, es cuento aparte, pero quiero que vean cómo los padres focalizan a los niños como el problema de la familia y no miran cómo ellos se están relacionando con sus hijos y cuánta responsabilidad tiene ellos en ese comportamiento que tanto deploran.
Ahora en honor a la verdad, chupetín es harto cargante. La semana pasada como me demoraba en atenderla porque estábamos con otra familia, se me paró en frente, cintura en mano y me dijo: "hasta cuándo me hace esperar, no ve que tengo más cosas que hacer". Estuve a punto de llamar a la madre y decirle: "¡ataca!", pero mantuve la compostura.
Nos vemos.

Leonor

domingo, diciembre 10, 2006

DESCARGO
Si hay algo peor que el cabro mamón, que por último a la edad que yo los atiendo la resonsabilidad aún no es de ellos, es la madre del mamón, que luego de consentirlo en todo y tratarlo como guagua de meses, después se queja de que el cabro no atine. Eso es inconciencia pura!!!! Y ya lo cúlmine es que con los años empeoran, mientras más grande el niño mamón, porque tengan la edad que tengan siguien siendo niños mamones, la madre es aún más inconciente. Eso no más, si era un desahogo.
Ahí nos vemos
Leonor

viernes, diciembre 01, 2006


Aquello que no vemos.
Uno siempre piensa que ya ha visto de todo en el hospital, sin embargo, siempre llega un nuevo caso que te sorprende y te hace cuestionar lo compleja que puede ser la paternidad si no contamos con los recursos necesarios para entregarnos bien en la función de ser padres (por eso yo aún no tengo hijos... aún me faltan algunos palos pa'l puente para estar lista)
Ayer hicimos un ingreso, derivado de una institución X de la red. Se trataba de una mujer de 37 años que venía con su hijo de ocho. Lo primero que quiero destacar, es que es común que las mujeres que llegan a atenderse al hospital representen mucha más edad de la que tienen. Pese al esfuerzo de ésta mujer en especial de verse joven, lo ajado de su rostro, la delgadez de sus labios marcados por pequeñas arrugas y lo cansado de sus ojos la hacían parecer alguien unos 10 años mayor. Al ir conociendo su historia fui comprendiendo por qué ese rostro se veía tan cansado, pero a la vez me confundía la conformidad frente a una historia de violencia y abuso.
La señora, que llamaremos María, a sus 37 años tiene 5 hijos, que van de los 19 a los 6 años de edad. Su esposo, fue torturado y abusado durante la época del gobierno militar a los 13 años de edad y hoy a los 38 cuenta con un diagnóstico de trastorno de personalidad. Que implica fuertes crisis de agresividad y pérdida de control de impulsos. Durante todo el matrimonio maltrató a su esposa y sus hijos, en especial a la mayor quién es la encargada familiar de develar este secreto y hacer pública la situación. Lo terrible de este caso es que la denuncia por maltrato no surje nunca de parte de la madre, sino que es el colegio quien se hace cargo de movilizar recursos para una medida de protección, al ver llegar a la mayor de las hijas de esta familia con un golpe en la cabeza, propinado por el padre con un fierro, que tuvo consecuencias como problemas de memoria y crisis de angustia. Además, esta joven durante el proceso realiza una denuncia por abuso en contra de su padre.
Los cinco hijos de esta familia han repetido al menos una vez de curso en el colegio y la mayoría presenta en algún grado un trastorno conductual y una de las hijas al parecer va en vías de desarrollar también un trastorno de personalidad. Al conocerse el caso en el sistema, se ordena que el padre salga de la casa, pero cómo no lo hace, ella y sus hijos son llevados a un hogar de acogida, que es sabido tiene sus falencias, como falta de espacio, privacidad y seguridad de bienes personales.
La Sra María, vive en un sector rural de la región, en un fundo, por lo que la estadía en la casa de acogida con muchas otras mujeres y sus hijos se le hizo difícil de sobrellevar, por lo que dado el momento declara que su pareja ya no habita la casa común y la dejan volver a su hogar. Por supuesto esto no era tan real, ya que su pareja, en la semana se queda en su casa y duerme con ella pese a tener hace tres años a otra pareja con la cual convive los fines de semana, pese a haber maltratado siempre a sus hijos, pese a haberla maltratado a ella y pese a la denuncia de abuso de su hija mayor que decidió irse de su casa después de todo lo sucedido. Con esto no quiero juzgarla, pero si mostrar cuan dañado se puede estar en el área relacional como para pasar todas estas cosas por alto y mantenerse al lado de un hombre que no está en condiciones de hacerse cargo de si mismo por el trastorno que padece y que no se ha tratado debidamente y al que ha agregado el consumo de alcohol, drogas y la fármaco dependencia.
A esto es importante agregar, que no siempre el sistema responde de manera adecuada, ya que en este caso sus denuncias previas en carabineros no fueron consideradas, ya sea porque en un sector tan rural la violencia intrafamiliar está normalizada, porque más de uno era amigo de su pareja, porque no se ha constatado que ese hombre reciba un tratamiento adecuado, que esos niños sean evaluados en su condición de riesgo y en especial que la Sra María pueda ser tratada. Sin embargo, uno se cuestiona si esta mujer cuenta con los recursos necesarios para recibir una terapia reparatoria, frente a un tema que ella no problematiza, ya que cuenta cómo su pareja la golpeó por años como algo normal y como él arreglaba los conflictos entre sus hijos varones, haciéndolos pelear a golpes y luego los hacía darse la mano, relatando todo esto como una anécdota de la cuál tanto ella como su hijo se ríen. Está claro que la violencia en este caso comenzó mucho antes de que la familia se formara. Ahora el caso está en tribunales, a la espera de decidir si los niños se quedarán con ella o serán reasignados a hogares y colocación.
Se que lo que escribí hoy está contado de una manera distinta a como suele compartir mis historias de hospital, pero es importante que al menos las pocas personas que puedan leer esto sepan que estas situaciones son comunes, que suceden a diario y que quienes nos las cuentan lo hacen con normalidad y su relato es alejado de toda afectividad, no se conmueven y hasta se ríen de las situaciones que viven, como una forma de sobrellevar su cotidianeidad.
Nos vemos.
Leonor