Las complicaciones del regreso

Después de unas muy buenas vacaciones, regresé con mucha energía a mi trabajo, sobre todo porque tomaba un nuevo programa dentro del hospital que era todo un desafío para mi. Antes de irme ya había comenzado mi trabajo en este programa, que se llama Enlace, pero a mi regreso ya lo retomaba en serio. Tanto Lunes como martes por la mañana el trabajo fue intenso, con casos fuertes, donde vi, una joven madre soltera, sin apoyo familiar, sin tener dónde vivir, un pequeñito con síndrome de Asperger, una chiquita con fobia a tragar los alimentos y un pequeño encontrón con un par de médicos que se rieron de uno de mis pacientes y su madre. La verdad es que estos "diostores" , como se hacen llamar ellos, pecaron de ignorantes al burlarse de estos personajes y esto porque a veces no conocen a sus pacientes. Al preguntarles por el caso, su comentario fue; si juntas el CI de la madre con el del niño no alcanzas los 50 puntos. En primer lugar, la madre del niño es una profesora de Educación general básica, que ha hecho lo posible por entender la enfermedad de su hijo y que su decisión de estudiar surge luego del nacimiento de este pequeñito con la intención de poder ayudarlo. En segundo los médicos no deben saber lo que es un niño con Asperger, porque el problema de estos niños, no radica en lo intelectual, es más suelen tener habilidades cognitivas importantes, sino que su dificultad está en lo social y emocional.

En fin, una vez de dejar claro que no me gustaba que se burlaran así de los pacientes y retirarme ( me imagino que la relación con ellos será compleja de ahora en adelante) seguí con mi pega, que me tenía bien contenta. Pero como no todo puede ser felicidad plena, al medio día del martes me sentí mal y partí a una clínica cercana a mi trabajo. Yo optimistamente pensé: voy, me inyectan algo para que se me pase el dolor y vuelvo a mi trabajo, lo más grave será que me quede sin almuerzo.

Ingresé a urgencias y el digo patudamente al médico que quiero que me de algo para el dolor, que yo se que tengo un cálculo en la vesícula, pero que según el médico que la diagnosticó no era algo urgente. El médico me pregunta hace cuánto fue eso y yo muy suelta de cuerpo digo; hace 5 meses. Ahí su cara de fria fue obvia y ordenó una serie de exámenes con los cuales se llama al especialista y me dejan hospitalizada para prepararme para la operación, ya que iba con ictericia y era posible que se hubiese comprometido el hígado. A esas alturas estaba un poquito asustada.

Resumiendo, me operaron el miércoles en la tarde y estoy en pleno proceso de recuperación, el cuál ha sido bastante doloroso y lo peor, dijo la trabajólica, tengo 15 días de licencia, 15 días sin ir a mi trabajo y sin ver a mis niños, haciendo reposo en mi casa y sin acción. Así que acepto segerencias para no aburrirme tanto, recuerden que no me puedo mover mucho.

Un abrazo

Leonor